viernes, 28 de diciembre de 2007

Una mirada de vida.....

A veces mira el cielo preguntándose si alguna vez podrá tener otra suerte. Maldito destino que castiga sin dar revancha. Un alma inocente vislumbra el mundo y él no tiene piedad de ella. La hace presa de una vida llena de carencias, en donde nadie se hace cargo de su dolor. Vuelve a respirar significa que está viva, lo asume y sale adelante cantando.
Canta esa canción que cantó mil veces, mientras lo hace reparte estampitas o poemas de algún autor perdido. Ella me extendió su mano. Yo sólo miré sus ojos color miel. En aquel instante eliminé las quejas que hasta entonces había hecho de mi vida. Nada era triste comparado con su mirar de resignación. Y yo acá, sentada en este tren enfrento una realidad lejana a la mía. Suspiro y me pregunto qué puedo hacer para revertir la injusticia de este mundo.
Esperás ansiosa las monedas. A mí se me llenan los ojos de lágrimas y riego en tus manos algunos centavos. Como una bendición los tomás. Seguramente pensarás que al menos tu padre no se enojará contigo esta noche. Podrás dormir tranquila, aunque preocupada por el mañana, gracias a esos centavos que contribuyen en tu suerte.
Demostrás tu gratitud muy dulcemente. Realmente me sorprendiste con tu beso en mi mejilla. Debe ser una estrategia que te enseñaron para generar más ternura, pero eso provocó en mí una sucesión de imágenes en mi mente: mi niñez, mis padres y, lo más cercano a una hija, mi sobrina. Su recuerdo me mortificó aún más. No pude evitar asociarte con ella.
Cerré los ojos y traté de pensar en otra cosa. Luego reflexioné acerca de cuántos hacen lo mismo. Por un momento me sentí mal, egoísta e insensible. Es cierto: esquivar la cuestión te libera de la culpa, pero yo no me manejo así. Tal vez si te hubieses cruzado en otro momento, la situación sería diferente. Pero la circunstancia en esta etapa de mi vida se presenta difícil. No puedo ofrecerte nada seguro, no puedo ser responsable de tu vida. Recién comienzo a dar mis primeros pasos en el mundo de los adultos y todo es inestable.
Vos, con tu carita de niña, de futura mujer me das el ejemplo de fortaleza que jamás he visto. Me enseñas que hay que mantenerse en pie y seguir luchando a pesar de las adversidades. Espero que tu vida tome otro rumbo, aunque la realidad de este país condena desde la niñez y dificulta el desarrollo de las capacidades que todo ser humano tiene.
Ojalá puedas ver el don, el talento que posees por el simple hecho de ser una vida. No quiero que te hundas en la oscuridad, en la soledad y en el infierno de la inferioridad y el rencor. Tenés todo el derecho, pero no te conviene. Podes salir adelante. Tu vida puede ser diferente. Quizás, en un futuro se vuelvan a cruzar nuestras miradas y pueda hacer por vos o por las otras niñas, la mitad de lo que hicieron por mí.
Seguí cantando, que es arte. Es expresión. Es el grito a tanta injusticia. Es la muestra viva de un alma que refleja la desolación y el individualismo que invade a esta sociedad. Una sociedad ciega de sentimientos, muerta por tantos golpes. Tu padecer es la consecuencia de todo ello. Pero una brisa de esperanza comienza a renacer en algunas personas. El cambio de rumbo está pronto a suceder. El tiempo lo dirá. Confía en que todo va a salir bien.

martes, 11 de diciembre de 2007

Él...

Lava, y mientras lo hace escucha un viejo tango. Toma la esponja, le pone detergente y luego frota las manchas de aquellos platos abandonados. Limpia las mesa metálica y ordena toda la vajilla prolijamente.
Piensa y re piensa, como si borrara el pasado y el presente.
Desde que soy chica creo que nació para trabajar. Lo que es una bendición para muchos, en él se transformó en una maldición. Ahora fuma. La pava está en condiciones para cebar unos mates. Nos mirámos: él en una punta fumando, y yo en otra escribiendo. Siempre lo juzgué. Aún me cuesta mirarlo como un mortal imperfecto.
Me contaba el cuento del "Perro Tom" y cuando salíamos me compraba mis libros favoritos. Estuvo. Sí, estuvo; y durante mucho tiempo me costó reconocerlo. No sé por qué. Quizás por algún rencor escondido. Una errónea interpretación de mi mente cuando era niña.
Hoy es martes, mi día con él desde que tengo recuerdos.
Sigue tomando mate y escuchando a Serrat. No se imagina que estoy escribiendo sobre nosotros. Me alcanza un matecito y le hago un comentario que le causa gracia. En realidad me gustaría decirle cuánto lo amo y que le agradezco haber estado siempre a mi lado. Sé que lo sabe, pero es diferente cuando uno, con toda sinceridad, verbaliza un sentimiento.
Papi te quiero mucho, y aunque no lo creas sos el mejor papá del mundo.
Flopi.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Algo más que una esperanza...

Casi en un grito le pedí que se quedara. Tuve miedo de levantar la voz, podían escucharme. Él se fue sin mirarme; no hubo despedida. Un llanto espeso cubrió mi rostro duro y seco. Como mi pasado incesante de recuerdos. Sólo una frase que retumbó en mis oídos – No quiero verte más, loca de mierda- dio un portazo que rasgó la pared, y me dejó en el vacío de una habitación repleta de fotos. Sentí un cansancio pesado y me hundí en una construcción de mi inconsciente.
La oscuridad era absoluta. Permanecí escondida durante dos horas. El ruido ensordecedor de las balas había finalizado, pero esto no me garantizaba su ausencia. Recuerdo que era una noche inquieta, invadida por el canto de los grillos y el lánguido vuelo de los insectos. Mi ansiedad se incrementaba a cada segundo y mis piernas temblorosas decidieron erguirse. Estaba en un cuarto lúgubre, atiborrado de cosas viejas; era el galpón de mi casa.
El silencio anunciaba lo que más temía. Dejé las dudas a un lado y me asomé por la ventana, pero mi respiración entrecortada dificultaba todo mi accionar. No había nadie, sólo la duda. Comencé a desesperarme y decidí salir del maldito galpón. Ingresé por la puerta trasera a mi casa, estaba agitada. Sentía la persecución de un centenar de sombras en mi espalda. Todo se encontraba desordenado, las pancartas, los libros desparramados por el suelo y mi madre tendida sobre él. Su respiración lenta y luego un resoplido final.
Antes de que pudiera reaccionar, el caminar sobresaltado de un hombre me empujó a ocultarme dentro de la despensa. Ahora sí estaban muy cerca; ya no se escuchaba el zumbido de los grillos, sino murmullos y risotadas diabólicas que se aproximaban. De repente un portazo. Ya estaban dentro de la cocina nuevamente, en ese instante supuse que habían olvidado algo ¿Para qué volver?
El cuerpo me sudaba, caían gotas resbaladizas sobre mi rostro y un infierno estremecía mi interior. No resistí más y caí tumbada al suelo. Todos mis sentidos se habían detenido, menos el auditivo. El crujir de una puerta metálica me despertó del sopor, pero no abrí los ojos. Rogué que fuese una pesadilla, mas no podía escapar de la realidad.
Ahora unas botas, estaban dentro de la despensa junto a mí. Fingí no respirar y con una patada controló si mi cuerpo tenía vida. Para no dejar posibilidad alguna disparó su pistola y con un escupitajo se despidió diciendo “Los utopistas mueren y sus ideales también”.
Han pasado cuatro años y todavía no puedo recuperarme del horror; se impregnan como fantasmas en mi mundo esos recuerdos, y él se fue como tantas otras personas se fueron de mi lado. Pero la angustia ya no me consume. Vendrán tiempos mejores, lo sé. En cuanto a mi respuesta pendiente, sólo me resta decir que –“El que ríe último ríe mejor”. No ansío venganza, sino una justa revancha y la vida está para eso.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Se sintió mujer...

Ojos color miel. Dichosa de ser ella misma caminaba por la ruta del instinto. Frágil pero audaz. Sintió en lo profundo de su ser la revolución de sus paradigamas.Soltó la voz; y una noche de invierno se hizo escuchar.
Al día siguiente se vio mujer. Increíble transparencia. El espejo delató su reflejo floreciente y lleno de vida. Eran sus ideas. Tiernamente acarició sus nuevos rasgos y salió a vivir el dasafio.
Afuera, bajo el sol infinito, pocos creyeron en su fe, y muchos temieron de ella. Efímera su existencia. Su calvario interminable.
Una luna roja se posó sobre su figura, la apresó en un encierro liquido y permanente. Vendada y torturada. Lista para el infierno terrenal de unos gigantes que le susurraron al oído...
" LOS UTOPISTAS MUEREN, Y SUS IDEALES TAMBIÉN"