martes, 18 de marzo de 2008

Incertidumbre


Respiró y exaló. No le cuesta tanto como hace dos horas atrás; tal vez porque dijo "renuncio". Sí, renunció al destino planificado, dio vuelta el juego y se prepara para las sorpresas. Añora la naturalidad que perdió cuando comenzó a caminar más allá de ella.


Renunció, y ahora mira a la distancia el camino que trazó con la obstinación de quien le teme al paso del tiempo. Se desajustó los cordones y ahora quiere caminar por el pasto, lejos del deber ser. Malditas las imposiciones, la exigencia absurda y el inconformismo histérico...


Aquí y ahora renuncia, se autodespide como autora y dueña de la presión que ya no tolera...intenta reconciliarse con la otra mitad abandonada y silenciada...


Y si le preguntás, no sabe qué va hacer este año, porque se quedó sin teorías, sin planes y el "no saber", por primera vez, le reconforta.


La facultad, "la carrera", no tiene ganas de correrla...prefiere caminarla; si es lo que busca se quedará y si no es así, la dejará ir...no sabe qué sucederá. El tiempo, a quien tanto le teme, se lo dirá.

jueves, 6 de marzo de 2008

Soledades

Estados nulos; allí donde albergo el reflejo de una visión completamente abstracta de lo que soy. Veinte años y un sentir galopante que apenas deja lugar al discernimiento. Me pregunto por la soledad y la eterna negación de verme algún día amada. Si son puras conclusiones apresuradas por qué el fluir del tiempo me demuestra lo contrario.
Existen en demasía teorías hechas acerca de la unión. Ninguna práctica concreta, y mientras tanto pienso sobre la distancia infinita entre el sentir y la correspondencia sentimental que aún no encontré.
Es verdad que la historia recién empieza, que comenzó en 1988, pero a veces sucede que no encuentro explicación ni consuelo para esta catarata de pesimismo. En lo referente al amor nadie escribió un puto manual con indicaciones comprobables empíricamente, son puras teorizaciones relacionadas a una sensación, comunmente aceptada, como la mejor experiencia terrenal del ser humano.
Pero aquí es cuando las palabras dichas o impresas desaparecen, para quedar solo a la interperie el deseo virgen y aislado de un ser.