miércoles, 2 de abril de 2008

Deliciosa locura


Aparece y desaparece, cada tanto visita y trae entre sus manos algunas flores rancias...y luego se va dejando sólo el recuerdo de su inexorable presencia.
La realidad es que me cuesta callar. Me cuesta que no me suceda en el cuerpo y en la mente todo ese sinfín de sensaciones que me cagan la existencia por momentos. Voy, hago y deshago a mi antojo, modifico.

Un ruido de muerte y una llanto infernal; me asomo por la ventana y estaba tirado con la mirada perdida, y él con un chumbo. ¡Loco hijo de puta! por qué muerte y dolor. Hay demasiada mierda en este planeta para que sigas insistiendo con más. Lo peor es mi capacidad de expresión cuando me descontrolo, o mejor dicho mi incapacidad. Te callás y punto, hablo yo. Ya te escuché y no me convenciste. Ahora andate que quiero vomitar mi ira tranquila, andate porque te vomito los zapatos y sabés que no amenazo en vano.
Después el temblor de antaño, ya lo conozco. Sé cómo se siente. Dolor de cabeza profundo y un miedo enorme que me arrastra de los pies. A veces me lleva, pero siempre vuelvo y sigo siendo la misma mierda pero más disimulada.
Todo permanece ahí, acumulado en el lóbulo frontal, atascado y esperando salir...

1 comentario:

Manu dijo...

Muy bueno. Me encanto, de encantar. Beso